¿Cómo tener orgullo de ser mujer?
¿Existen unos valores o rasgos típicamente femeninos por los cuales las mujeres podamos sentirnos orgullosas? Aquello por lo que sentimos orgullo pueden ser nuestros rasgos más genuinos, pero nuestro ego también se disfraza de orgullo para reafirmar ciertos condicionamientos que no nos dejan ser nosotras mismas.
Diferencias entre estar orgullosa de ser mujer y alimentar el ego
Estar orgullosa de ser mujer no tiene nada que ver con el egoísmo ni la soberbia, sino más bien con el amor propio de aceptarse a una misma y vivir según las reglas que una decide para su propia vida, es decir “estoy orgullosa de ser como soy”.
El ego y la soberbia
Primero de todo, debemos distinguir entre el orgullo y el ego. Cuando las mujeres somos víctimas del ego solemos caer en la trampa de valorar más lo que recibimos del exterior que lo que nos define por naturaleza o construimos por nosotras mismas.
Nuestro ego es como un globo que se hincha cada vez que recibimos un halago o nos sentimos aprobadas por el entorno social. Sin embargo, este globo se hincha rápido pero también se puede pinchar en un instante; el ego, construido de fuera hacia dentro, es extremadamente frágil. En consecuencia, muchas mujeres nos enfocamos en llamar la atención para poder seguir alimentando nuestro ego. Asimismo, muchas nos volvemos soberbias, como una manera de crear una defensa para proteger al ego.
Orgullo de ser mujer
El camino para construir un orgullo de verdad pasa por abrazar los valores auténticos que cada mujer lleva dentro. En saber claramente quiénes somos y en hacer lo que dependa de nosotras para poder convertirnos en la mujer que deseamos ser.
Si el ego es como un globo, el orgullo es como una espada que forjamos poco a poco, pero que no se puede destruir fácilmente y nos protege de verdad. El viaje de la mujer orgullosa pasa por volver a nuestra autenticidad y naturaleza esenciales, viviendo de acuerdo a nuestros propios valores y construyendo la vida que deseamos desde el corazón.
Estar orgullosa de ser mujer: de fuera hacia dentro
Muchas mujeres creemos que mostrar el orgullo femenino consiste en quejarnos y victimizarnos ante la realidad, sin asumir en ningún momento nuestro grado de responsabilidad en relación a nuestras emociones, decisiones y resultados existenciales.
Externalizar la responsabilidad
En la actualidad hay un sentido de revolución del que muchas mujeres estamos orgullosas que no pasa por reconectar con nuestras fortalezas, sino en renegar de todo aquello que clásicamente nos ha definido como mujeres. Las mujeres que pensamos así, además, en lugar de afrontar nuestro propio ego, carencias e inseguridades, las proyectamos hacia fuera, victimizándonos excesivamente ante la realidad. Paradójicamente, cada vez nos parecemos más a aquello que rechazamos, debido a nuestra falta de introspección y autoconsciencia.
Pedir privilegios por ser mujer
La igualdad de derechos entre géneros, evidentemente, es un avance crucial en nuestra sociedad, conseguido gracias a muchas mujeres. Sin embargo, en la actualidad hay personas que pretenden utilizar la ley para privilegiarnos como mujeres por el simple hecho de serlo. Esta desigualdad ante la ley, no obstante, genera mujeres desempoderadas, además de grandes conflictos sociales con los hombres u otras mujeres que no reciben las mismas ayudas.
Falsa positividad, victimismo y dependencia
Aunque como mujer merecemos respeto por el simple hecho de existir, esto no significa que tengamos que resignarnos con nuestra versión actual. Ten en cuenta que el verdadero orgullo no solo tiene que ver con aceptarnos a nosotras mismas, sino también con comprometernos a mejorar. Hacernos la víctima o ser mujeres dependientes no solo está alejado de ser un signo de orgullo, sino que demuestra nuestra falta de amor propio y que nos queda mucho trabajo personal por hacer.
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3 maneras de ser una mujer orgullosa de si
Hay mujeres que entendemos nuestro valor intrínseco. Nos hacemos responsables de nuestro mundo interior y de los resultados que cosechamos en la vida. Precisamente, tomar responsabilidad nos permite sentirnos más poderosas, libres y orgullosas.
Abrazar la feminidad
El camino para realmente estar orgullosa de ser mujer no pasa por quejarnos y reclamar a otros que cambien, sino en ser el cambio que queremos ver en el mundo, redescubriendo nuestro lado femenino y elevando nuestro nivel de consciencia para convertirnos en mujeres libres y auténticas, que viven bajo sus propios estándares y no los quieren imponer a nadie más.
A grandes rasgos, consiste en conectar con nuestra fuerza como mujer, deshacernos de las creencias que nos limitan y desmontar los condicionamientos psicológicos que nos impiden amarnos verdaderamente a nosotras mismas.
Igualdad ante la ley y libertad para la diversidad
Un factor muy importante que genera orgullo de verdad es sentir que sabemos valernos por nosotras mismas, y que no necesitamos ninguna ayuda especial para construir nuestro destino. Por ello, las mujeres orgullosas de si mismas defendemos la igualdad ante la ley y no pedimos ningún privilegio por parte del Estado por el simple hecho de ser mujeres. No pretendemos que mujeres y hombres sean iguales en sus características, ya que entendemos el valor de la diversidad y de la cooperación entre géneros.
Honestidad, responsabilidad e interdependencia
Para desarrollar nuestro orgullo como mujer es clave dejar las excusas de lado y decidir liderar nuestra vida, aprendiendo a mostrarnos al mundo sin miedo, a encontrar nuestro propósito profesional, a gestionar nuestras finanzas y, en resumen, a desarrollarnos personal y espiritualmente. De este modo, crecemos en independencia y podemos abrirnos al paradigma de la interdependencia, donde colaboramos con los demás seres humanos desde una actitud de abundancia y libertad.
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¿Cómo expresar la esencia sexual femenina?
Sin pretender caer en los estereotipos, por lo general las mujeres expresamos más y mejor la esencia sexual femenina, aunque esta se encuentra presente en los dos géneros. Evidentemente, tener y potenciar estos rasgos no excluye que las mujeres también manifestemos características de la esencia sexual masculina.
Honrar tu sensibilidad
La energía femenina tiene que ver con la inteligencia basada en el corazón. Es decir, en el uso del intelecto para llevar a cabo acciones que tengan en cuenta a los demás con empatía, asertividad y respeto. La voluntad de salir de una misma para cuidar a otros es un rasgo femenino que ha sido imprescindible para la evolución de nuestras comunidades humanas, ya que ha ayudado a cohesionar los grupos y a facilitar la paz.
Sanar tu parte sensual y sexual
A pesar de que la esencia sexual femenina está muy conectada con la corporalidad, muchas mujeres están descontentas con su cuerpo. Es fundamental hacer las paces con él, dejando atrás los condicionamientos que nos hacen sentir culpa y vergüenza. Es clave atrevernos a desatar la sensualidad, erotismo y pasión que llevamos dentro. Asimismo, liberanos de los estigmas y tabúes que no nos dejan disfrutar del sexo con libertad y plenitud.
Seguir tu intuición
Como mujeres hemos recibido infinidad de patrones de conducta supuestamente correctos que debemos seguir a rajatabla para adaptarnos a la sociedad. Sin embargo, sabemos que dentro de nosotras, en nuestros sentimientos, hay una voz que nos susurra el camino a seguir. Es importante conectar con el silencio y la quietud para despejar el ruido mental y emocional, dejando al descubierto esa sabiduría profunda a la que llamamos intuición.
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