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¿Cómo ser una mujer empoderada?

14 marzo 2022

En este artículo vamos a explorar los principales factores que limitan el desarrollo de las mujeres, así como los principios desde los que se rigen las mujeres empoderadas, líderes e independientes.

¿Qué significa el empoderamiento femenino?

El falso empoderamiento femenino

El falso empoderamiento femenino es un conjunto de creencias, actitudes y comportamientos que, en principio, ayuda a las mujeres a ser más felices y poderosas. Sin embargo, es una exigencia más que genera presión y culpa en las mujeres por no poder cumplir con las expectativas sociales y culturales. Las mujeres que adoptan este paradigma acostumbran a asumir el papel de víctimas.

La mujer falsamente empoderada culpa a los demás por sus emociones, circunstancias y decisiones personales. En lugar de centrarse en aquello que depende de ella para mejorar su calidad de vida a nivel psicológico y material se queja y protesta, intentando que otras personas, colectivos u organizaciones hagan un cambio en su beneficio.

¿Qué es el verdadero empoderamiento femenino?

El verdadero empoderamiento femenino consiste en que las mujeres se conozcan a sí mismas para saber cuáles son sus principales cualidades, defectos, prioridades y valores. En lugar de buscar su sentido de valía en cumplir con moldes sociales preestablecidos, la mujer empoderada vive alineada con su esencia y pone sus propias reglas.

La mujer verdaderamente empoderada se hace cargo de su destino. En lugar de victimizarse, hace autocrítica para darse cuenta de qué parte de responsabilidad tiene en su propio malestar o en las circunstancias desagradables que ocurren en su vida. Deja de perder el tiempo intentando cambiar a los demás y se centra al cien por cien en encarnar el cambio que quiere ver en su realidad.

La mujer condicionada es aquella que no se mueve por su propia sabiduría, intuición y conocimiento, sino que sigue los dictados de las ideas que ha absorbido en su familia y entorno. Perjudicada por un sistema educativo que no fomenta el autoconocimiento, vive a través de unas creencias que no ha elegido y que, en muchas ocasiones, limitan su bienestar y crecimiento personal.

Machismo, patriarcado y empoderamiento femenino 

La predominancia de los hombres desde hace siglos ha creado una herencia cultural que genera sentimientos de inferioridad, culpa y sumisión en las mujeres que aún no han cuestionado su sistema de creencias. Por influencia del machismo, muchas mujeres condicionadas ligan su sentido de valía a una figura masculina que consideran valiosa, centrándose más en cumplir las expectativas de los hombres que las suyas propias.

La represión sexual

La mujer condicionada tiene muchas creencias erróneas y limitantes en relación al sexo que no le permiten conectar con su parte más erótica y salvaje. Además, no conoce sus genitales, no sabe lo que le gusta ni sabe generarse placer a sí misma. Por ello, pone toda la responsabilidad de su satisfacción en su compañero sexual. Para ella, el sexo es una mezcla de sentimientos de frustración y culpabilidad.

La mujer libre y empoderada

La mujer libre es aquella que ha identificado, cuestionado y trascendido las creencias falsas y limitantes que ha absorbido de la sociedad. Gracias a haber pasado por un camino de autoindagación y crecimiento personal, vive con autenticidad, siguiendo el camino que realmente desea independientemente de si es aceptado por su entorno.

La mujer líder

La mujer líder se atreve a respetarse, amarse y valorarse por sí misma sin esperar la aprobación de ninguna otra persona. Desarrolla su fuerza interior para ser verdaderamente ella misma, aunque al principio esto le resulte incómodo. Se atreve a ser transparente y vulnerable con otras personas y, desde su propia transformación, guía a otras mujeres para que puedan liberarse del condicionamiento y puedan ser verdaderamente ellas mismas.

La liberación sexual

La mujer libre sabe que merece sentir placer y tener una vida sexual satisfactoria. Es capaz de generarse gozo a sí misma, ya que se conoce y sabe cómo excitarse. Vive armoniosamente su sexualidad: ni la reprime ni comparte su espacio de intimidad a la ligera. Entiende que la energía sexual, como creadora de vida, es algo sagrado.

La mujer dependiente

La mujer dependiente es aquella que se siente incompleta. Siempre busca estímulos fuera de sí misma para llenar el vacío que siente en su interior. Muchas veces cae en el materialismo, consumismo y entretenimiento. Su vida es superficial, y su felicidad depende de personas y circunstancias ajenas. Debido a ello, vive en un vaivén de emociones que la convierten en una persona inestable.

Dependencia emocional

A la mujer dependiente le da miedo confrontar su sombra, es decir, sus miedos, carencias e inseguridades más profundas. Al negarse a hacer este trabajo interior, no logra cultivar un amor propio profundo consigo misma. De esta manera, busca pareja desde la necesidad de conseguir el cariño y afecto que no sabe darse a sí misma. Y cuando entra en una relación, empieza a sentir que su pareja es su felicidad, cayendo en un vínculo marcado por el apego ansioso y el control.

Dependencia financiera y laboral

La mujer dependiente puede ser conformista y poco madura, en el sentido de que no sabe valerse por sí misma en el aspecto laboral y financiero. Necesita de otra figura, normalmente masculina, que cuide de ello. Se boicotea a sí misma, diciéndose que sus sueños profesionales son poco importantes y demasiado difíciles de conseguir para una mujer. También cabe la posibilidad, ligada al falso empoderamiento, de que su felicidad dependa de tener éxito laboral, obsesionándose con ello y olvidando otras facetas de su vida.

La mujer independiente y empoderada

La mujer independiente se conoce lo suficiente a sí misma para estar emancipada de la valoración de los demás. Se acepta con sus virtudes y defectos, y esto le permite sentirse cómoda consigo misma. Está contenta en soledad porque ha resuelto sus carencias y sabe lo que la estimula.

Independencia emocional

La mujer independiente entra en las relaciones personales desde una mentalidad de abundancia, con el propósito de ofrecer a otras personas las emociones positivas que sabe generarse a sí misma. Por eso mantiene vínculos afectivos llenos de amor y libertad, en los que honra su singularidad y fomenta el crecimiento mutuo.

Independencia financiera y laboral

La mujer independiente ha tomado la decisión de saber valerse por sí misma. Lidera su vida a través de sus talentos, pasiones y valores. Al crear su propio camino y tener objetivos propios, gana confianza en sí misma y se vuelve una mujer completa y verdaderamente atractiva. Sabe encontrar un equilibrio en todas las áreas de su vida con fluidez y naturalidad, sin sentir que está sacrificando algo.

Conviértete en una mujer empoderada, líder e independiente

 

¿Cómo ser una mujer empoderada? 5 claves para convertirte en una mujer líder e independiente

  • Acéptate incondicionalmente

Aceptar no significa resignarse con una versión de ti misma que sabes que puedes mejorar, sino abrazar la mejora personal desde un sentimiento de paz contigo misma, y no desde un sentimiento de conflicto. Escribe todos los aspectos de ti misma que no te gustan, errores que has cometido o experiencias que te han impactado negativamente. Después, toma la decisión de aceptar todo lo que has escrito. Por último, discierne entre aquello que no puedes cambiar y aquello que sí está en tu mano modificar.

  • Trabaja tu sistema de creencias

Atrévete a salir de tu zona de confort, a poner en práctica nuevas ideas y a pensar diferente sobre ti misma, los demás y el mundo en general. Analiza las creencias que tienes, anótalas en un papel y busca la creencia opuesta. Por ejemplo, si tienes la creencia “el sexo es algo difícil y angustioso” cámbiala por “el sexo es fácil y un placer para mí”. Repite las nuevas creencias que quieres adoptar y siente como si ya fueran reales.

Observarás que, al modificar tus ideas, tus resultados vitales también cambiarán.

  • Ten objetivos propios

Está demostrado que cuando te percibes a ti misma avanzando hacia algo que valoras, tu amor propio crece. Como dijo Séneca “No hay viento favorable para el que no sabe dónde va”, así que tus objetivos te servirán como puntos de referencia que aumentarán tu sensación de control sobre tu destino. Pueden ser metas personales, profesionales, familiares o de cualquier tipo.

También es importante que los escribas en un papel, y que sean específicos, alcanzables y que dependan al máximo de ti. Y, sobre todo, úsalos para crecer, no para agobiarte y ponerte presión.

  • Abraza tanto tu feminidad como tu masculinidad

Las energía femenina y masculina son distintas y complementarias. Es importante integrar ambas por igual. Pero, como mujer, es importante honrar tu energía femenina y potenciarla. Practica mindfulness, meditación o yoga. Pasa momentos de soledad, y pon tu atención en lo que sientes más que en lo que piensas. Al conectar con tu corazón, honras tu esencia, despiertas tu intuición femenina y entras en sintonía con la vida.

  • Invierte en ti misma

En autoconocimiento femenino, educación emocional, financiera y profesional. En todos aquellos conocimientos y herramientas que, pese a mejorar notablemente nuestra calidad de vida, no se nos enseñan en el colegio ni en la universidad. En esta misma línea, rodéate de mujeres que están en el camino del verdadero empoderamiento femenino, ya que aprenderás mucho de ellas y te contagiarás de su energía.

Si precisamente quieres hacer este viaje de reconexión contigo misma acompañada de otras mujeres poderosas, en Kuestiona tenemos una formación que te viene como anillo al dedo: el Máster Mujeres Conscientes. En este programa, las mujeres viven el verdadero empoderamiento femenino, conocen las claves para convertirse en una mujer líder de su propia vida, reconectan con su poder femenino, viven su vida con autenticidad y siguen sus propias reglas. De este Máster salen mujeres independientes, que son autosuficientes tanto a nivel emocional como laboral.

 

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